La libertad es la fantasía de crearnos

lunes, 18 de febrero de 2008

aquí empieza la aventura


Justo des de aquí parte tu aventura. Encuadra, enfoca y dispara.


Es una cuestión de conocimiento. No es ni técnica, ni fórmulas, ni demás teorías o procesos químicos. Tampoco de razones.Sino de ánsia de conocer, descubrir y aprender. Y de eso no te falta.


No podemos hacer de nuestra vida siempre lo que realmente deseamos. Pero sí podemos esforzarnos en ser como queremos ser y vivir como somos. Podemos compartir este trazo en el que hemos coincidido, con las personas que amamos. Y podemos CREAR con ellas, crearnos con ellas.
Esto es lo que quiero.

Por eso te regalo lo más valioso que tengo: mis palabras y mi mirada. Porque detrás de ellas, siempre estuviste tú, porque siempre estás tú.

Quiero además que este blog no sea sólo parte de una mirada que he creado a partir de tí y para tí, sino que creemos un espacio conjunto en el que libremente desarrolles tu mirada y tu espíritu. Será algo nuestro, y sólo tendrá sentido por nosotros.


Porque camino por la vida con un noiet metido dentro del pecho, que de vez en cuando se atreve a salir y disparar. Amo a este ser valiente. Y este es su espacio. Ven y atrévete a volar, eso que tanto ansías. Sin razonar ni elucubrar, sino algo mucho más modesto, pero que a veces olvidamos: vivir.


El T'estimo no se retiene nunca, no se fotografía, no se materializa, y sin embargo todo el arte a lo largo de la historia intenta acercarse a él y detenerlo. Intetemos ser él, no apoderarnos de él.Sin plazos ni límites.


Modestamente, como vulgar personita, lo único que hago es mostrártelo.






Niño, ven, acércate y seamos libres....


















































principiante en sombras

Estamos a oscuras pero no hace frío
caminamos de la mano pero nadie nos ve
escuchamos pasos y sólo hay una calle vacía
vemos y sin embargo, no sabemos donde pisamos


Cuando la intención de fotografiar va más allá de guardar un recuerdo de las vacaciones, es común coleccionar sombras, como el otro lado de nosotros y las contradicciones del mundo.

Reproduce estas sombras
hasta que ya no encuentres más dicotomías,
y habrás pasado
al otro lado









pasemos la fregona

En catalán existe una curiosa expresión :"fer dissabte" ( hacer sábado), que significa hacer una limpieza completa y profunda del hogar.
Pues te propongo fer dissabte a partir de este mismo sábado de todos los fantasmas que guardemos en el fondo del cubo.
Como en la fotografía parece que no están, pero vemos su sombra vertical justo a un lado.
¿ves la tuya?

Fem dissabte ara mateix
ben saps que tot està per fer
i tot és possible

Per començar et faig obsequi de les meves paraules








mi pie izquierdo



Le presento, estimado señor, con mucho gusto y respeto, a mi honorable y humilde pie, el señor Karías Sinél.

Pisó por primera vez este suelo, hace ahora cosa de seis años y medio. No fue una pisada firme, más bien se le veía deambular por la ciudad un poco a tientas, un poco intrigado por descubrir algo nuevo en cada esquina. La verdad es que es muy curioso, señor. Le gusta andar por ahí solo y también en compañía, pero cuando camina solitaro, puede perderse por el asfalto y buscar y buscar y meterse en todos sitios que pone "prohibído pasar", no importa pasa y en el camino hasta pisa alguna que otra defecación canina, con perdón.

Ha ido descubriendo en estos años otros pies con los que acabó caminando casi al unísono. Baila con ellos en los días de fiesta y se acarician después de una dura caminata.

Ama la montaña y el contacto directo con otros pies.

Con los pies de un niño se siente especialmente cómplice. Camina con ellos y cuando alguno de los dos cae el otro siempre está ahí para prestarle su ayuda. Jamás se pisan ni se hacen la zancadilla.

Ahora se lo presento estimado señor, como una invitación a que su pie derecho sea su compañero.









nosotros dos dos veces

Somos nosotros o ellos son nosotros.
Nos fotografiamos o nos fotografían ellos
Nos miramos o nos miran

¿Es el objetivo quién nos mira? ¿es él elque nos devuelve una mirada que no es nuestra?
¿Es la vida suceptible de atraparse en una imagen, en un recuerdo, en una frase, en algo menos variable que el reflejo de un espejo?
¿es una pregunta fotografiable?
¿es un momento retenible?

Ahora te miro y me miro
somos dos y nos vemos dos veces

Yo te miro des de el fondo del espejo de la foto, des de estas palabras que prentenden dispararte y atraparte dentro de mí, de lo que soy y de lo que deseo que seamos juntos.
Eso no lo quiero fotografiar
ni atrapar

Eso es algo que sólo quiero vivir.










la cadena de los sueños

Algo me despertó en medio de la noche. No era un ruido, no era una luz ni tampoco una pesadilla.
Me quedé desvelado y pensé en que otra vez me tocaba dejar las horas pasar, y suspiré. Dirigí mi mirada hacia un lado y allí dormía plácidamente una chiquita. Eso me calma. Me junté a ella y la abracé.
Me siento tan cerca de ella que, a veces, empiezo a soñar, y no sé si son mis sueños o los suyos.
Esta noche soñé 5 sueños y recuerdo todo de todos.
Ella se ríe cuando se los cuento.
Hace como que me cree- se coge un mechón de pelo y juega con él, se da la vuelta, se cuelga de la cama, de golpe se levanta y se coloca encima de mí y me mira con esa cara juguetona- pero yo sé que en el fondo, piesa que me los invento. Aunque le gusta ese juego de abandonarse a la imaginación e inventarse historias y personajes. Y así vivimos.
Pero por la noche yo vivo de verdad.
En mi primer sueño aparecía yo en mi casa. Bueno la sentía mi casa pero no lo era exactamente, de esas casas en las que te encuentras como en tu hogar pero no lo son.
En mi dormitorio encontré una enorme mancha negra, goteante y putrefacta, que colgaba del techo. Era viscosa y formaba una especie de globo colgante que se movía de una lado a otro como si fuera gelatina. Lo primero que pensé fue en dirigirme al vecino de arriba, que no conocía, por cierto. Una vez en el segundo piso, me sorprendió encontrar allí un cúmulo de gente. Me abrí paso y comenté al vecino mi problema. Y sé que hablé porque recuerdo haber escuchado el sonido de mi voz, no porque surtiera efecto en persona alguna.
Cabizbajo regresé a mi apartamento bajando escalón a escalón, y en cada uno de ellos había dibujado un paisaje distinto. Tardé en llegar a mi casa, porque me entretenía a dar una vuelta por las ciudades de cada escalón. Conocí glaciares y alguna que otra mujer perteneciente a una tribu de indonesia, con la que mantuve la mirada unos minutos. Pero regresé de nuevo cansado del viaje.
Cuando abrí la puerta de mi dormitorio la mancha negra se había convertido en un enorme agujero blanco, por el que al asomarme me caí.

El segundo sueño, fue más corto y ligero. Hacía mucho calor. Estaba contigo y llevábamos chanclas. Me proponías que hiciéramos una carrera, a ver quién llegaba antes a ser felices. Acepté porque los retos me ponen. Empezamos a correr y tú te tropezabas con las chanclas, se te caían y te reías y te levantabas e intentabas agarrarme del pie, para que no te adelantara, y jugásemos a competir en la carrera, mientras no llegábamos juntos a la meta, sino que la íbamos urdiendo en cada caída, revolcándonos en la tierra y chapoteándonos en los charcos.
Creo que alguno de los dos llegó antes que el otro. Pero empezamos con chanclas y buscando una meta, y al final no teníamos ni chanclas ni fin.

En el tercer sueño me desperté empapado de sudor. No recuerdo si fue una pesadilla o no, pero te pedí agua para aclararme un poco las encías.

Aprendí a bailar bajo las sábanas en el cuarto sueño. Era bailarín profesional y mi especialidad eran las sábanas. De todo tipo, de colores chillones, transparente, estampados de flores, de satén, franela e hilo. No importaba, yo me cubría con ellas y de ellas hacía aflorar un movimiento sensual, rotundo, recto, fino y ascendente. Tú o alguien parecido a tí, me miraba. Yo lo sentía bajo el peso de las sábanas. Era éxtasis y orgasmo al mismo tiempo.
Me desperté en el quinto sueño o seguí soñando no sé.
Esta mañana abrí la ventana para airear la cama, y encontré cinco sábanas colgadas de la cuerda del vecino de arriba: la primera negra, pero que apenas se veía; la segunda tenía dibujadas unas sandalias y unas chanclas enormes en la arena y el agua; la tercera era color salmón y chorreaba agua; la cuarta estaba abultada en tres zonas, una muy punteaguda; y la quinta la acababas de colgar tú.










jueves, 14 de febrero de 2008

les mans

las manos...

podemos coger
con las manos
podemos escribir
cocinar
comer
borrar
golpear
colgar
moldear
pintar
acariciar
tocar
palpar
coser
fotografiar
limpiar
bailar
titirerear
hablar
abrazarte
acaricierte
escribirte
y hasta amarte

tantas cosas se pueden hacer con las manos









miércoles, 13 de febrero de 2008

lo desconocido o el arte

El arte es la fascinación por lo que no conocemos.

Todo aquello que se crea busca un conocimiento, experimentar algo nuevo , la búsqueda infinita de lo absoluto.

Por ello, el momento de la creación es algo absolutamente misterioso e inédito. Se produce una comunión entre un sentimiento de angustia y éxtasis, del que nace "algo" que antes no existía.

Todos recordamos la gran curiosidad que nos producía cuando eramos pequeños, descubrir una puerta cerrada o semiabierta. Todo un universo oculto detrás. Ahí la atisbábamos, ahí metiamos la mano para abrirla y descubrir.

Si la puerta era vieja, no sólo la curiosidad se disparaba, también su compañera de viaje, la imaginación.

¿qué podemos imaginar?

Absolutamente todo, podemos rozar los límites de lo inasible, y nunca encontraremos el fin. Sabes bien de lo que te hablo.

Tú encuentras en determinadas mujeres esa puerta cerrada.

Por eso fotografias puertas.

A ver si por casualidad consigues entrar.




















convertirse en una mujer de plazos


He llegado justo a tiempo.

Las escaleras del metro empezaban a bajar cuando yo las subía, las puertas se cerraban cuando yo las abría, vomitaba cuando quería comer, y me despertaba a la hora de ir a dormir, mi voz se resbalaba por mi garganta cada vez que quería hablarte y cada vez que te miraba a los ojos se cerraban.

Todo acaba en el tiempo. Ahora lo sé. No ha sido fácil, pero una vez alcanzas el plazo, la vida empieza a mostrarte su cara.

¿No son las mismas máscaras todos los días? ¿o cada día nos ponemos una distinta?

No sé.

Sólo sé que más de una vez decidí algo, luché por conseguirlo y finalmente lo conseguí o no, pero en todo caso, fuí auténtica. Pasaron plazos en el camino, y cada uno era una prueba, un fracaso o un éxito, pero siempre una renuncia a algo.

Cada acción es renuncia y decisión al mismo tiempo. Así somos en cada momento lo que decidimos y no somos a lo que renunciamos. Buscamos ser felices en este universo de papel, en las palabras que nos inventamos y en las miradas de quien está en frente.

Yo busco, tú lo sabes mejor que nadie.

Nos hemos encontrado y hemos vivido distintos plazos.

Has pedido prórrogas continuamente a tu corazón

y yo al mío.

He pasado mis plazos y tú los tuyos. Tra el último plazo, hicimos coincidir los plazos de nuevo y surgió otro distinto.

Quiero olvidar los plazos.

Es cierto que los plazos envuelven la vida en una calma o excitación constante, depende del signo de la influencia,

pero lo que yo quiero es extender un largo plazo frente a mí,

desafiarlo con inquietudes varias

y abrazarte en el camino.










jueves, 7 de febrero de 2008

¿estás ahí?

Un día paseé por una ciudad conocida buscando algo que no encontraba en mis bolsillos. Llovía, hacía frío y la gente corria de un lado para otro con bolsas en las manos.
Yo caminaba despacio, con los pasos de quien busca sin prisa, sin rumbo y sin un propósito fijo.
Atravesaba la ciudad una amplia vena de agua por la que navegaba alguno que otro batobus, en la cubierta de los cuales se descubrían parejas que jugaban a enamorarse de nuevo.
Yo buscaba justo lo contrario.
Estaba sola, con sólo mi corazoncito un tanto quebradito, por compañía. Quizá era lo que necesitaba de la ciudad, una especie de calma, de consuelo.
No era una buena ciudad para olvidar.
Cada calle me recordaba a tí. Cada paso deseaba darlo contigo.
¿Cómo olvidar en la ciudad que daba nombre a las primeras palabras que leí de tí?
Así que decidí no hacerlo. Decidí crear un espacio íntimo y ficticio en el que encontrarte cuando lo deseara. Libre de fantasmas.
Te ví en un bulebard de Pigalle, en un café de Montmatre, en una creperie del barrio latino, en las piedras del canal de Saint-martin y hasta en el centro de un círculo "hergiano"dibujado en el suelo del museo Pompidou.
Pero no dejé de ver fantasmas. Los tuyos y los míos.

Ahora quiero CREAR contigo.

Crearnos juntos, sin ciudades, ni tiempos ni espacios que limiten.
Empecemso des de el principio cada segundo.

Te esperaré sentada, con guantes largos, fumando un cigarrillo largo y medias de red, ya sabes dónde.

Al final del pont-neuf.












miércoles, 6 de febrero de 2008

guardé mis sueños en la infancia

Sí, así lo hice. Me desperté y empecé a estirar de cada uno de ellos, extendiéndolos hasta la infancia y allí los guardé. Bien guardaditos de miradas ajenas.
Sólo yo cuando me siento fuerte me atrevo a echar el ojo.
Y a veces, hasta cojo uno.








¿Dónde quieres estar?

Haciendo el control diario de los faxes recibidos, me encontré el otro día en el trabajo, uno especialmente interesante.
Ocupaba la cara de un folio y tenía escrito en mayúscula y en negrita diez veces la siguiente frase:
¿dónde quieres estar?
A primera vista invita a pensar en una agencia de viajes, que promociona sus ofertas exclusivas a PuntaCana o Cancún, en hoteles de lujo con pulserita incluída y hora de recogida en el aeropuerto. La libertad de las vacaciones fraccionadas, el descanso programado y las comidas de 13 a 16 horas, y la cama con sábanas nuevas, ( o eso más vale que pensemos) y el tiempo que necesitaremos luego para reposar de las fantásticas vacaciones.
Pero no.
No es una publicidad de viajes. Bien mirado es una pena, porque este tipo de publicidad en el puesto de trabajo sería muy efectivo. ¿dónde quiero estar? Quizás no sepa el lugar exacto, pero la respuesta en la mayoría de los casos será unánime: en cualquier sitio menos aquí.
Tampoco importa de qué sea el anuncio. Importa la pregunta.
La verdad, me miro al espejo y me veo dónde estoy ahora. Y me gusta. Veo un poco más allá. Me dirijo hacia allá, pero sin perder de vista que esto que creo ahora es el lugar donde quiero estar y donde voy a estar.
Una vez leí una frase que dijo un geniecillo de esos de pelo blanco y ojos de loco, que en sus investigaciones llegó a la siguiente conclusión: " lo importante es no dejar de hacerse preguntas".
Así que cogí esta publicidad y la colgué al lado de mi mesa en el trabajo. Diez veces dónde quiero estar. Y las que hagan falta. Si viniera la siguiente hoja llegaría llena de la misma frase. Sólo dejamos de repetirnos la misma pregunta, cuando encontramos una respuesta.









martes, 5 de febrero de 2008

amantes que vuelven una y otra vez


Hay un amante capaz de hacerme perder la cabeza para encontrarme a mí misma.
Me acaricia lento. Se acerca y sin apenas rozar mi piel, empiezo a abrirme.
Yo también le abro.
Me susurra palabras, primero, y luego acaricio su firmeza.
Una vez dentro me abandono. Dejo que sus palabras cubran todos los rincones de mi placer.
Siempre vuelvo a él.
Aunque cuando le conocí, después de varias noches, me transformé; no he dejado de transformarme.
Entre esas noches que pasamos juntos encontré otro amante.
También me transformó.
Aunque este no tenía las tapas duras y las palabras salían de su boca,en vez de sus páginas,
pero también tenía cosas que descubrirme, y varias capas que destapar.


" Tengo esa clase de sentimentalismos, daría un rodeo de diez cuadras para no pasar bajo los balcones de un departamento donde fui feliz", diría el primer amante.

El segundo diría: " pero todavía la infancia me parece la parte más profunda de mi vida. Fui demasiado feliz de chico, me temo; es un mal comienzo para la vida, uno se hace en seguida un siete en los pantalones largos"

O al revés, o igual, que sé yo.

Mis amantes







lunes, 4 de febrero de 2008

cazadora

Apareció de repente: un hombre de estatura mediana, elegante porte, cabeza brillante y ojos profundos.
En seguida me llamó la atención cierto aire misterioso que había en sus pasos.
Le seguí.
A escondidas sigilosa, y prudente. Una buena fotógrafa siempre sigue a su presa sin que ésta se de cuenta.
Pero creo que el hombre se percató.
Se giró. Miró a un lado y a otro y siguió su paso.

Me detuve y miré atrás.

Dudé.

Pensé en si entraba en las reglas del juego seguir.
Y sí.
Tenía la obligación moral de captar ese misterio, de buscarlo y descubrirlo. Por el bien de... de mí misma, para qué más?
La ruta duró más de lo previsto y recorrimos juntos varios pasajes.
Como en las novelas que leía cuando era pequeña, las aventuras siempre nos parecen más fascinantes cuando suceden a los demás, y el sufrimiento que produce intentar captar ese misterio es más intrigante en las páginas de un libro que en la vida.
En la vida no son líneas escritas la que nos atraviesan, sino heridas.
Pero este es el juego. Yo decidí entrar en él y seguir buscando.
Mi objetivo es el de las matadoras de brújulas.
Al fín de la calle nos encontramos de frente.
Por el camino había tomado varias instantáneas de su porte, de sus manos, de su perfil, de sus piernas, de sus zapatos, de su cintura, su pecho, su trasero y hasta de sus labios.
Pero no de sus ojos.
Su mirada se clavó en mi cámara.
No pude soltar el disparador y allí se quedó: en el interior de mi objetivo.
Atrapado en mi sensor.

Ya no he vuelto a cazar a ningún hombre por la calle.