La libertad es la fantasía de crearnos

lunes, 28 de abril de 2008

APRIS


Acaso una misma palabra

por


delante
y
por detrás


lazo


y


PUERTA







viernes, 25 de abril de 2008

Chispita








Cabalga el calendario, y yo, empeñado en detenerlo. Estaría así dispuesto a negociar mi colección de Tintín si consiguiese por ello la permanencia en este paraíso sencillo, confortable. ¿Y si después el resto es una larga convalecencia de estos excitantes días?

¿Seguiré pretendiendo que mamá conserve intactos sus tranquilizadores 38 años, vigorosos y prudentemente alejados del acantilado del pánico? ¿Seguirá papá trayéndome cada noche los cromos de la colección de dinosaurios, agrupando los repetidos para canjearlos el domingo en el rastro?

¿Tendré una tortuga que se esconda en invierno? ¿Cuánto quedará de mi mirada? ¿Hallaré la esencia de un abrazo pleno?

¿Y mis amigos? ¿Seguirán estando después? ¿Cuántos conservaré, y a cuántos reconoceré como hermanos? ¿Les volveré a observar desde mi ventana, reponiéndome de una gripe, mientras ellos juegan ufanos a la pelota? ¿Seguiré inventándome juegos?

¿Y el dolor de mi garganta, seguirá remitiendo con bálsamos mentolados?

¡El amor! ¿Será el amor esa sensación tan plácida que me transmitía la chica desconocida de aquel sueño, y que traté con infortunio de recuperar en los posteriores; o será mi admiración por mi compañero Entizne y la voluntad férrea de compartir siempre con él pupitre; o será el olor de Mari Carmen, y su vestidito verde, y sus labios cortados nombrándome, o quizàs mi mirada furtiva hacia la ventana que, intuyo, interpone cortinas para no verla, mas sí imaginarla? ¿Será así el amor adulto, como un imán inexplicable?

No sé, pero presiento que se cobrará su precio; no sé cuánto, no sé cómo.

Vértigo.

Y tal vez alguien, algún día, con vocación cariñosa, me conceda un nombre propicio, que utilice como excusa para revisitar por un instante, este país mío....CHISPITA

martes, 22 de abril de 2008

las páginas de mi árbol







"Mi árbol de esta tarde no tiene nombre,

como casi todos mis árboles"



Los distingo por lo que dejan en mí



Te sientas a su sombra y te abandonas a él.

Cada uno te zambulle en una esfera diferente;

los hay que te seducen con su elegancia,
los hay que te hacen sentir protegidos dentro de su ser
los hay que te acarician las lágrimas con sus hojas

que te cantan canciones de otro tiempo y te traen recuerdos del río
que te invitan a dormir
que te atrapan en sus ramas
cuando menos te los esperas

Hay un árbol para cada ser

como un libro para cada cabecera

Ambos te hacen crecer
te invitan a perderte entre sus hojas

verdes,
blancas
rojas
o negras

Todos tenemos una página para nosotros
que escribimos

cada tarde,

no sentados a la sombra de un árbol,

sino caminando hacia él.

El color de la página:


a elección del caminante






lunes, 21 de abril de 2008

Eloísa













"Bien,
hoy parece que todo está bien"



Camina tranquilamente por la acera
Eloísa,
y con sus hombros
desnudos
esquiva
sin querer
a los que vienen de frente

y todavía no ha aparecido ninguna

Bien

Se recoje el pelo para disimular
los nervios que le rizan
la boca
del estómago
y todavía no ha aparecido ninguna

Bien

Se detiene
Eloísa,
gira la cabeza
a un lado
a otro.

Bien

Y todavía no ha aparecido ninguna

Da media vuelta
y regresa

La calle está vacía
esta tarde
de imágenes
y Eloísa
sonríe para sí
al comprobar que no ha aparecido ninguna

Bien

Se sienta en medio de la acera
y enciende un cigarrillo
Eloísa
esta tarde como aquella

Bien

no quiere verla
pero necesita tocarla
para demostrase que fue real

Bien

Y todavía no ha aparecido ninguna

Hoy todo está bien.

Se dice
Eloísa

Y una mano le toca el hombro
desnudo

Deja de respirar
Eloísa

y
Bien

No aparecerá ninguna más
ni hoy ni ayer

Bien
El mundo se volvió negro esta tarde
como aquella tarde
Eloísa

No la verás más

Y hoy no ha aparecido ninguna.

Bien, hoy todo está bien Eloísa.






viernes, 11 de abril de 2008

Princesa Luzía Dedía

La princesa Luzía Dedía nació durante una noche oscura, de color negro profundo.

Era como un hondo agujero en el que te podías perder al respirar.

Suerte tuvo la princesa de nacer de noche, pues de día la hubiera deslumbrado la luz del sol, ya que tan delicados son sus ojos que el más leve haz de luz
la vuelve transparente.

Ha pasado largo tiempo desde esa noche, y ahora la princesa sueña con
historias
que desaparecen mientras las cuenta a la luz del día.

Le gusta ver su gran lazo rojo en el espejo.

Le gusta imaginar que esa cinta le vincula a la vida, le atrapa su cabeza en la realidad e impide que su maraña de pelo se enrede entre las ramas de los árboles a su paso.

El día que decidió crecer, era un día oscuro de noche clara.




















































miércoles, 9 de abril de 2008

Nada más de lo que soy hasta ahora


Aprendí a encontrar el mar rojo en una copa de vino

a sentir la ternura en una mirada brillante

y a escuchar lo que no quiero oír
pegado por las mañanas a la almohada mojada

Me he relajado en el peso de un silencio

pero he dado media vuelta al llegar a la esquina de la nube,
porque los zapatos se me hundían en la lluvia de cada charco;
y no sé en qué pensar mientras espero a que acabe
la colada
en la lavandería;
cojo cualquier revista que tenga a mano para pintar bigotes a las modelos y atar lacitos en los
tobillos de los hombres
de Calvin Klein

Suspiro y el aire me sabe a poco

Saco la cabeza por la ventana
para respirar el aire que cuelga del árbol de la iglesia cuando la luna se ha quedado dormida

He aprendido a entender el lenguaje de los gatos de mi tejado con sólo escuchar el ruido de sus pasos sobre mi cama;

y a comprender que la soledad no es una canica
encerrada
en un frasco de mermelada,
o unos ojos tristes que miran desde abajo,
ni tampoco una cama deshecha y una taza de desayuno,
fría
y abandonada
en la cocina;

La soledad es el espacio entre lo que soy y los demás,
un espacio acogedor en el que me riego cada día y planto semillas por las noches para encontrarme con un árbol cada día más grande

Así voy deslizando mis raíces por el interior de las
venas
y buscando un niño que me coja la mano, me mire y me diga: "no busques, aquí estás"

Aprendí a ser feliz en la gotera de un lavabo