La libertad es la fantasía de crearnos

jueves, 31 de enero de 2008

como Friedrich, como David

Des de atrás
como Friedrich,
te miro
a oscuras
de perfil
te dibujo
en mi mente

y me acerco

Acaricio tu nuca
y me acerco
con la mano
me acerco
te aspiro
y me acerco

La mirada a contraluz arrastra un aire melancólico y excitante. Como yo, como mi siglo, como todo lo que fuí cuando no existía .
Te protege de la mirada de los otros,
protege tu miedo de instrusos
y esconde lo que temes
Pero crea imágenes hermosas

Ahora
Me acerco de nuevo y devoro vida.












martes, 29 de enero de 2008

No quiero retener el minuto

Si un minuto se desplazase hacia delante o hacia atrás, sucedería un desorden universal.
Aunque fuera tan sólo un segundo.
Habría tantas cosas que hiciste que no harías, y otras tantas que harías, y dejarías de hacerlas si supieses sus efectos ahora mismo…
La acción misma de decidir, de actuar y de ser perdería su sentido por sí misma.
Probablemente, ni vós ni yo nos habríamos encontrado. Es más, quizás no hubiésemos nacido.
Pensalo un momento nomás.
Imaginá que ese instante en el que tus padres juntaron sus cuerpos, se besaron quizás, se acariciaron, se desearon, en fin, se amaron y de ello resultó un óvulo fecundado, lo moviéramos un par de minutos hacia uno u otro lado. Quizás no estarías aquí.
O sí.
No lo sabremos jamás.
Pero no:
estás aquí
Y yo estoy aquí.
De todos los minutos que hemos inventado en la historia hasta el presente (no en el que escribo, sino en el de la última persona que lea esto, e incluso después) hemos coincidido en el tiempo y espacio, que son la misma cosa. Tiempo es sucesión de espacios y viceversa.
Es curioso si lo pensás. Es una COINCIDENCIA hermosa. Dentro de esta coincidencia, (difícil, dentro del cálculo de probabilidades universal), ¿dónde queda la importancia de que uno apareciera antes que otro?

Vós sós aquí y yo también.

Podemos crear juntos instantes
O podemos sentarnos a esperar,
O podemos esperar la espera de otro tiempo,
Como hicimos
Pero, ¿para qué?
Yo prefiero hacer de este tiempo que amaso entre mis dedos nuestra experiencia.
Y de ésta mi objetivo.
Podría soñar retener minutos dentro del espacio de una imagen.
Pero, para qué?
Cuántas veces hemos recorrido las venas de la ciudad con la ilusión de Crear algo tomando la vida como materia prima?
Una ilusión imposible des del principio, y a pesar de ello, la hacemos nuestra.
Hagamos nuestros los minutos que esperan detrás de las agujas del reloj ser vividos.
No los retengamos.
No queramos hacerlo.
No queramos mirar lo que albergan.
Creemos su paso.




















jueves, 24 de enero de 2008

la cinta

A veces no puedo escribir.
A veces sólo escucho lo que quiero oír.
El suave sonido de una música azul que se desliza por la cinta hacia abajo.
Apreto fuerte con las manos bien cogidas a las notas. Resbalan por mis dedos y me dejo caer.
Subo de golpe y me agarro con toda mi fuerza a la cinta. La pego a mi cuerpo y somos una.
Subo deslizándome y dibujando una línea curva, ondeante.
A veces me siento mar. A veces me hundo en su gran boca de oceáno y una ballena viene a buscarme.
Nado
Y dejo de respirar.
A veces no puedo ver.
A veces sólo alcanzo la perspectiva vertical.
Entonces, es cuando estoy contigo.

martes, 22 de enero de 2008

. .


..


2 puntos.


Dos puntos trazamos y decidimos estirar cada uno por un punto.


Crear una distancia y un espacio.


Y en el espacio y la distancia hay dolor.


Un lento sufrimiento.


Unas horas que me comen por dentro. Dejé de respirar tu aire para ahogarme dentro de estos puntos.


Pero el tiempo de la línea ha hecho su camino.


yo



en un lado; en el otro.


Al fín de nuevo se cruzan.


Las soltamos. Y los dos puntos se acercan de golpe.


Los mismos puntos ahora han dejado de ser esos "mismos" para re-conocerse.


Te miro


me miras.


Y somos otros.


Tú sigues siendo tú. Y yo sigo siendo yo.


Pero nosotros somos otros diferentes.


Lo pienso, pero no lo digo.


Juego a despistarme y abandonarme al juego. A que te abandones y entre las risas, las bromas y los pasos torpes, te beso.


Decidí seducirte en el momento en que solté el punto.


No soy una tramposa. Pero vós sabés que no soy buena cazadora.


Además no quiero cazar. No puedo.


Quiero seducirte esta noche


quiero que me mires el fondo de los ojos y descubras algo que no conoces


quiero mirarte fijamente y desearte


quiero que desees atravesarme viva


clavarme


hasta el fondo-


Enroscar el tornillo en la rosca, bien fuerte. Sin parar. Hasta que el reloj marque justo la hora contraría a la que es.


Quiero que te descubras,


arrancarme una parte de mí y soldártela bien hondo.


Bien sabés que esto no es un juego.


Que los juegos no son líneas y puntos, y que en la vida las líneas rectas sólo aparecen en las cosas que nos inventamos.


Somos curvas. Laberintos.


Vós tenés talento, no te engañes. Coge esta silla y cuéntame. Cuentáte que pasa.


Te regalo un beso de tiempo para ayudarte.


Consúmelo.


Y regresa cuando desees plantar el tiempo conmigo.


Es bonito verlo crecer. Acompañarlo en el parto y descubrir sus tiempos. Todos nuestros. Cada uno diferente, pero todos uno, al fín y al cabo.


Ven conmigo. Plantemos tiempo.


Uno atemporal, si quieres. Ni eterno ni infinito. Un tiempo qeu no pretenda el para siempre.


Un tiempo impreciso pero intenso en el que la sola huella de su paso sea lal vida misma.









dos sillas










Qué curioso

qué extraño y qué coincidencia!


Qué curioso,

he creído que me amabas

qué extraño

creo que hemos sido uno

qué coincidencia

creo que ambos no decimos nada


No obstante creo

que tenemos los dos mucho talento:

habríamos podido ser un amor jefe, una pareja jefe, unos amantes jefes, unos compañeros jefes, un apoyo jefe, unos confidentes jefes, una mano jefe, un envejecer juntos jefe, unos padres jefe, unas madres jefe, una vida jefe..,

y hasta una Felicidad jefe,


si nos lo propusieramos, pichoncito mío.

ahí te miro









miércoles, 16 de enero de 2008

la edad de la arena

Marcelo sabía bien lo que hacía.
Nada pasaba de largo ante él.
Los barcos de su abuelo aparecían cada mañana en la playa, y él des de chiquito, empezó a retratarlos.
Primero, los colores, luego las formas y así iba creciendo el bueno de Marcelo.
Los demás niños le admiraban y él se sabía el rey.
Primero, de la pandilla; luego de las mujeres.
Ahora retrata también barcos.
Pero el tiempo le ha hecho elegir la tarde como momento oportuno.
Se sienta o no, depende.
Pero sin colores en las manos. Con menos pelo en la cabeza y un corazón que tiene bien guardado dentro. Tanto que apenas lo sentís.
Mira los barcos y los retrata de nuevo, con una cámara fotográfica.
Se situa detrás del visor, contiene la respiración, se contornea por la orilla hasta encontrar la posición exacta. La misma que hace años.
Trata de encajar las huellas en sus pasos.
Pero los años lo atraparon dentro de sus fotos y ahora se siente demasiado viejo para empezar a vivir a través de sus imágenes.
Está solo y la playa es tan grande....
Demasiado para alguien que cree saber lo que hace.


lunes, 14 de enero de 2008

¿Has tenido alguna vez una pareja mental?


Yo tuve una.
Hace algún tiempo. No tanto como para haberlo olvidado, y suficiente para que dejara su poso.
No hablo de una pareja imaginaria.No. Hablo de una pareja bien real, de las que te podés encontrar con sus brazos atados a tu pecho.

Algunas noches.

De las que sentís bien dentro mientras caminás por tus huellas.De las que mirás y pensás en dos viejitos, tiernos y bien arrugaditos, pero con las manos bien firmes de haberse acompañado.

De las que al encontrarte con ellas te encotrás contigo. De las que arañan las sábanas por las mañanas. De las que sólo pensarlo las deseás; de las que siempre tienen una palabra para acariciarte, o golpearte, con la misma fuerza.

Sí. Una vez tuve una pareja de esas. Con las que compartís casi todo. Todo menos el ser pareja.








el aire vertical



Vuélvete y mírame.

Es de noche y hace frío. Me enredo el pelo en las ramas de árboles que un día plantaste.

Lo que queda de tí.

Es un hilo azul que me ahoga cuando me acerco; es una estructura inquebrantable que me devuelve la integridad; es la mirada pura de las cosas vividas;

es aquello que he sido.

Y lo que he amado

y el aire que me clava en el suelo

y lo amo

y la caricia vertical de tu presencia

y el te amo.