La libertad es la fantasía de crearnos

lunes, 31 de marzo de 2008

Cocó


La razón por la que abrimos un libro es descubrir.

El abrirlo siempre implica la confianza de que al terminarlo seguiremos vivos. Suena fatalista, pero es así. Continuamos. Nuestros ojos ávidos recorren hacia abajo la página del libro y la pasa hacia adelante.

Es el peso inevitable de la existencia que nos empuja

Una vez leí una historia en la que un hombre al que le apasionaba la literatura como nada en la vida, le diagnosticaban una enfermedad terminal. Se pasaba las horas leyendo con unas ánsias inmensas, por el miedo que le producía la posibilidad de morirse antes de acabar el libro. Temía una muerte repentina de conocimiento, más que su muerte física.
La leí o la soñé, quién sabe.
Si me tiráis un poco,
me atrevería a confesar
que la inventé.
Quizá lo hice no hace mucho,
quizá mientras escribía.

Quizá siento ese pánico a la muerte de la creación al final.............. ( )de esta misma línea.

Esa ansiedad no acontumbra a manifiestarse cuando somos nosotros los que escribimos. La escritura adquiere un nuevo sentido. De hecho, las letras cobran su propio significado sobre el papel, y parecen desligarse de nosotros, hasta el punto de perder su propiedad

La literatura o escribir o crear con palabras, en fin,
imaginar,
nos libera.
¿De qué?

De nosotros mismos, principalmente.

Nos renueva o nos crea la ilusión de ello.

¿Por qué ?

Para no aburrirnos de nosotros

para recrear el mundo según nos apetezca o re-inventarlo

Porque queremos trascender

O porque somos una pequeña circunferencia que ansía buscar un centro en las infinitas circunferencias que la contienen.














































































































































































viernes, 28 de marzo de 2008

Avanzo


Y los recuerdos

¿Quién puede o quiere abarcarlos?

Reinicio

desde mi cuerpo yacente

desde una región removida

Instada por la costumbre

al enésimo esfuerzo.

Avanzo.

Y me encuentro con besos

que nunca supuse

Y retengo miradas

nunca antes vistas

cuya familiaridad me asombra

y mías son

porque se me ofrecen.

De algún modo camino por dentro

y entre sonrisas amplias, desenfrenadas

emergen los hallazgos, renovados

reinterpretados.

Algo así es como concibo el tiempo

caricias, abrazos,

ironías, enfados,

lucidez afilada y sin amagos,

vaporosamente envuelta

en un brumoso letargo.

Pero si, avanzo.


AQUI DEBERÍA IR UNA FOTO EN LA QUE TU BESAS A TOÑI, PERO MI INEPTITUD TODAVÍA NO ME LO PERMITE.
UN BESO FUERTE

NADA


Sé muy bien quién dijo que vivir es vencer la pereza de cada instante.

La misma persona que llegó a la conclusión de que el amor es lo más cercano a la plenitud.

¿Qué sucede, entonces,cuando te sientes pleno y de repente, algo se acerca y con una aguja te desinfla el globo?

Nada.

No pasa absolutamente NADA.
Esto es lo realmente drámatico para uno.
Todo sigue, mientras uno se ha convertido en un títere al que le faltan los hilos, o las manos de un titiritero amigo que le acaricie la soledad y se la sacuda bien abajo. Sin embargo, todo se mantine inalterable, es decir, constantemente cambiante, pero ajeno al mundo de uno.

Este vacio es un silencio muy íntimo que se escucha ,sobre todo, en la soledad de la noche.

Hoy mientras me dirigía hacia aquí, una luz diferente me golpeó. Una luz difusa y etérea, como de cambio.
La miro y me sonrío.
Será la luz de los recuerdos o será la vida atropellada que espera detrás de este momento. Será una trampa del tiempo.

También puede ser el reflejo del hueco que se queda dentro cuando estás partida en dos y sigues viviendo a la mitad.

Vivir, al fin y al cabo.

Y bien mirado, si vives a medias la pereza se reduce a la mitad, por lo que será más fácil vencerla.

Pero por otra parte, la plenitud se hace eternamente incompleta.

Esta es nuestra elección.





































jueves, 27 de marzo de 2008

abrazado



Este es el sueño de estas letras.
Cada una de las que escribo aquí sueñan un abrazo.
El tuyo.

























lunes, 17 de marzo de 2008

un títere de palabras


Siempre he soñado con esconderme en mis palabras. Soñaba con un refugio en el que ampararme y sentirme protegida: un medio por el que comprenderme. Como hacen los caracoles con la baba que van dejando, cuando se sienten observados y tocados, y se esconden en su caparazón, y así dejan de ver lo que han creado.

Ahora sueño con desligarme de ellas.


Quiero escribirlas y que cobren vida propia.


Esta noche voy a encerrarme en el taller y construiré un títere de palabras. Tengo una caja con todo el material necesario, desde recuerdos infantiles a las últimas palabras que me dijo el hombre al que amo. No sé muy bien por dónde empezar. Es normal al principio, se trata del bloqueo de la página en blanco. Una vea trazada la primera línea, el resto fluye solo. Crear es crecer, es acercarse a una línea, a un conocimiento, cada vez más cercano pero siempre inaccesible. Me apasionan los retos, lo imposible. Luego la caída es mayor, pero tengo a mi favor que no conozco el vértigo. Por eso acabo colgándome siempre de una cuerda y desafiando a la gravedad. Me tambaleo y me río de la muerte, de la no-vida, de la nada y del vacío. Me gusta retarme.
Retar y desafiarte con mi mirada. Soy consciente de la profundidad de mi propuesta y del miedo al precipicio. Pero siempre he creído que lo que más tememos, si por otra parte lo deseamos, es aquello que está en nosotros y no nos atrevemos a ser. Es por lo que hay que luchar y tratar de hacerlo tuyo. Pero esta es mi opinión, que como traseros, cada uno tiene el suyo. El de mi títere será de palabras sarcásticas. Sí, lo acabo de perfilar, tendrá un culo bien sarcástico. Para que cuando hablen a sus espaldas, siempre tenga una buena respuesta. Sin embargo tendrá un rostro de palabras tiernas e íntegras y unas manos de palabras cariñosas y firmes. Tendrá un edad indefinida, de hecho no tendrá edad o tendrá todos los años, será enterno como los abrazos que no te abandonan.
Cuando esté bien listo, éstate atento, porque al tener vida propia, y no sólo él, sino las palabras de las que estará construído, y que ya no formarán parte de mí, es posible que un día te lo encuentres en tu almohada o en el interior de tus zapatos, e incluso hasta puede colarse dentro de tí.
Te aviso, porque a pesar de que yo ya no tendré ninguna custodia sobre él, seguro que el material del que está hecho te contiene. Pero déjate llevar, hazte su amigo, habla con él, relájate y vive. No temas. Quizá él te comprenda. Quizá en él encuentres lo que te faltó en mí. Salta el precipicio. No tengas miedo. Salta de una vez, sin pensártelo tanto.

Lo que deseamos no se debe pensar a plazos.

Lo peor que puede hacerse es cruzar un precipio en dos saltos.











































domingo, 16 de marzo de 2008

Visito mi nuevo hogar

Esto es simplemente una prueba. Indago como expresarme en mi nueva casa. Una casa construida por ti para ambos, donde cabe todo y se comparte abiertamente. Un lugar familiar que me brindas para animarme a crear y estimular mi espacio interior, como siempre has hecho. Para "obligarme" a crecer, a volar, a desencadenar vida y belleza, a liberar mis caminos marcados y mis creencias fijadas con clavos. Un lugar para hoy y para siempre donde siento tu aliento y abrazo, tu respeto y la inspiración y tutela de tu talento. Donde tu ausencia me da una tregua.
Este es el principio. Gracias por tanto creado y por crear.
Hasta pronto

jueves, 13 de marzo de 2008

baile de miedos


No quiero hablar de ausencias ni de páginas en blanco, ni del frío de las sábanas ni del cepillo de dientes solitario. Ni de ropa interior, ni de guantes de plástico, ni de las fotografías pendientes. Mucho menos de las canciones que recuerdan y de los segundos que me consumen. No.
Hoy no hablaré, volaré. Mis manos se deslizarán suavemente hacia arriba, acariciando la cuerda y los dedos se amarrarán con fuerza. De un salto me alzaré y me sostendré en el aire. Aspiraré todos los momentos que viví abajo. Sin mirar.
Una mano cogerá la barra y me lanzaré. Mi cuerpo se habrá dado la vuelta y ya no me pesará todo aquello que guardamos dentro.
Desde abajo un niño me mira con ojos muy abiertos
y poco a poco
van cayendo todos mis miedos
al ritmo
de mi baile
volátil

Lo dije, hoy no hablaré,
volaré.