Hay momentos que son restos de café.
Momentos de después,
de acercarnos más a esa sombra larga
que nos aplasta en el suelo, que a la constante vertical a la que nos obliga la vida.
Son espacios violetas y naranjas.
Sentimos dentro un agujero demasiado grande para contenernos, y miramos atrás.
Lo vivido nos hace sentirnos algo, y lo que queda por vivir, creérnoslo.
El presente, libres.
Hoy sólo quiero estar dentro de esta tarde que tengo en mi cuerpo
No hay comentarios:
Publicar un comentario